Real Monasterio de Santa Clara

El monasterio de Santa Clara de Sevilla es uno de los edificios más significativos de la ciudad. Y no sólo por sus dimensiones y por las riquezas artísticas que ha ido atesorando durante siglos. Durante más de siete siglos los muros de este monasterio han acogido ininterrumpidamente a una Comunidad de monjas clarisas que han mantenido con mucho esfuerzo este centro de espiritualidad del franciscanismo femenino. En 1996 abandonaron el enorme edificio las últimas monjas y ya en 2001 pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Sevilla –excepto la magnífica iglesia, cedida al arzobispado- que lo destinó a equipamiento cultural con el nombre de Espacio Santa Clara. Esta última operación está permitiendo la conservación del edificio y su restauración por fases.

El libro que ahora se publica sobre la historia y patrimonio del monasterio sevillano es en buena medida un reconocimiento a la memoria de un edificio y sus comunidades de religiosas tan importantes en la ciudad de Sevilla. Un edificio que como fundación real resistió acontecimientos históricos tan violentos como la invasión francesa o las desamortizaciones del siglo XIX. Este proyecto de reconocimiento ha sido asumido por el ICAS del Ayuntamiento de Sevilla a través de dos publicaciones, ambas de Gloria Centeno, el estudio de los documentos históricos del archivo del monasterio (2017) y este segundo dedicado al edificio y su patrimonio (2021).

Centeno Carnero, Gloria (2021). Real Monasterio de Santa Clara de Sevilla. Sevilla: Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS). Colección: Temas libres, n. 72. 246 pág. Libro disponible para su lectura y descarga gratuita en https://www.sevilla.org/cultura/los-libros-del-ayuntamiento

Gloria Centeno Carnero es la autora de este estudio sobre el Real Monasterio de Santa Clara, la primera fundación femenina de la orden franciscana en Sevilla. Esta obra cuenta además con las colaboraciones de Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla y del catedrático de la Universidad de Sevilla Manuel Romero Tallafigo. Gloria Centeno hace un recorrido por la historia del monasterio y sus elementos artísticos –arquitectura, pintura, retablos, esculturas, orfebrería, etc.- para concluir centrándose en los pormenores de la vida monástica dentro del cenobio así como en los hechos acaecidos en la vida de algunas de sus religiosas. Destaca también en esta publicación la calidad de las numerosas fotografías que ilustran los diferentes capítulos del libro, y que nos dan una idea del rico patrimonio que albergaba el monasterio.

El Real Monasterio de Santa Clara se edificó en lo que fue la residencia del infante don Fadrique, hijo del monarca Fernando III de Castilla, que previamente había sido un palacio almohade. A consecuencia de la rebelión de don Fadrique, su hermano el rey Alfonso X donó las casas de este a la Orden de Calatrava en 1269. Posteriormente estas posesiones calatravas fueron donadas en 1289 por Sancho IV a las monjas de Santa Clara, que construyeron allí su monasterio con ayuda de las limosnas dispensadas por la reina doña María de Molina. Previamente la comunidad de religiosas de Santa Clara de Sevilla se asentó en unas casas de la calle Génova, donde subsistieron a partir de las dádivas que les entregaban los vecinos. A partir de 1263, con la promulgación de la nueva regla por parte del papa Urbano IV, pudieron tener rentas y posesiones para el mantenimiento de la comunidad. En la primera mitad del siglo XIV, terminada la construcción del monasterio en las antiguas posesiones de don Fadrique, las clarisas sevillanas se trasladaron a la que sería su residencia definitiva. A partir del siglo XVIII comenzó la decadencia del monasterio, viéndose obligadas sus religiosas a vender parte de los terrenos exteriores del cenobio para poder subsistir. Durante el periodo de invasión napoleónica, acogió a las religiosas del cercano convento de San Clemente.

A diferencia de otros, con la desamortización de Mendizábal de 1835 este cenobio no fue objeto de la exclaustración, aunque durante dicho periodo tuvo que adoptar un sistema de vida diferente, quedando las religiosas obligadas a acoger huéspedes en sus dependencias. En 1920 el Ayuntamiento de Sevilla adquirió algunas dependencias del monasterio infrautilizadas por la comunidad y en 1925 se estableció allí el Museo Arqueológico Municipal. El 15 de enero de 1970 el conjunto conventual fue declarado Monumento histórico-artístico. En 1996 fue abandonado por las últimas religiosas de clausura debido a su grave estado de deterioro, que lo hacía inhabitable, siendo acogidas en el convento de Santa María de Jesús de Sevilla. En 2001 el Ayuntamiento sevillano pasó a ser propiedad de la ciudad, y se acometieron obras de rehabilitación en el mismo para adecuarlo a usos museísticos y culturales. Actualmente alberga el Espacio Santa Clara, dependiente del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, destinado a la presentación de exposiciones y lugar de encuentro de múltiples actividades culturales.

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