Curro Soriano, director artístico del Festival, concede entrevista a los alumnos de la Universidad Loyola

“Mi interés es hacer uno de los mejores festivales de ópera de España”

Aunque se define como pianista y director musical por encima de todo, hoy Francisco Soriano, catedrático de repertorio musical del Conservatorio Superior Manuel Castillo, toma la batuta para dirigir el primer Festival de Ópera de Sevilla. Su misión es convertirlo en una referencia en el circuito cultural lírico, con periodicidad bianual. Tras muchos meses de trabajo incansable junto al equipo y los responsables de la delegación de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, han logrado dar forma a un proyecto con sentido, estimulante, y de un alto nivel.

El director artístico se ha sentado con los alumnos de la Universidad Loyola para hablar sobre el evento.

 

Tienes una vasta experiencia en la música vinculada al mundo de la ópera, ¿en qué momento, tanto vital como profesional, aparece esta oportunidad de programar el primer Festival de Ópera de Sevilla?

 Ha venido todo un poquito de casualidad y rodado. Aunque desde que era estudiante de piano lo que quería era ser pianista, tocar en muchos sitios y triunfar por el mundo, también llega un momento en el que te das cuenta de que tienes que empezar a autogestionarte y pensar en otras opciones. Comencé con algunos proyectos pequeños, que se han ido haciendo cada vez más grandes, y esto ha ido ocupando una mayor parte de mi actividad. De hecho, este año he tocado el piano poquísimo. Por el camino he descubierto que tengo algún tipo de habilidad en esto,y que también es una cosa muy, muy creativa. Programar y crear no dejan de ser acciones creativas.

 

¿Cuál es tu papel como director artístico?

Pues esa es una muy buena pregunta. Este es un proyecto que todavía es un work in progress, estamos empezando, estamos aprendiendo todos, porque es un equipo muy grande que se ha ido formando poco a poco. De hecho, el festival cuando se concibió y no hace tanto tiempo, el formato era más pequeño. Esto se ha ido sobredimensionando y hemos necesitado ir haciendo más equipo. Vamos encajando como un puzzle y cada uno vamos también encontrando nuestras responsabilidades. Hace falta mucha coordinación.

Mi función como director artístico, es pensar y concebir la programación global, que tenga un sentido, que tenga un por qué, una razón, que sea adecuada y oportuna; y luego, dentro de eso, cada uno de los espectáculos. Por ejemplo, algunas son producciones que vienen alquiladas de otros festivales o que ya están hechas. Entonces, ahí mi labor es más pequeña, puedo ajustar algún detalle, sobre todo que encaje bien con el resto.

En cuanto a las producciones propias, ahí es donde construyo todo el equipo artístico, incluso imagino el concepto de cómo quiero que sea la producción global, y luego busco los elementos para para que eso suceda; dirección de escena, musical, artistas, etcétera.

 

Ya que has mencionado el programa, ¿cómo se diseña y a qué público está dirigido?

Diseñarlo también a veces es un poquito una dialéctica entre la realidad y el deseo; entre aquello que me hubiera gustado hacer y lo que luego realmente puedes hacer. Tengo que decir que, desde el concepto inicial de festival, ha ido todo muy rápido. Para hacer un festival como este hacen falta al menos dos años, y lo hemos hecho en uno.

El primer proyecto se presentó en el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS) el 13 de agosto del año pasado, y la fase de ejecución la empezamos más allá de marzo, o sea, que ha sido todo rapidísimo y ha habido cambios por el camino; porque se te ocurre otra idea mejor, la fusionas con otra que tenías… Al final es un poco fruto del plan previo y también de la contingencia y de ir adaptándose.

En cuanto al público, queremos captar al público altamente especializado: esto es una apuesta cultural de alto nivel. Creo, sin temor a caer en grandilocuencias que, como festival de ópera, en España ahora mismo no hay casi nada parecido. Es muy atractivo para el público que ya le gusta la ópera, al que le apetece mucho estas experiencias distintas o estimulantes, porque están muy acostumbrados a ver la ópera convencional en los teatros y sobre todo en verano. Los festivales son una invitación a salir de los teatros y a ver ópera en sitios distintos, espectaculares.

También es una excusa perfecta para atraer públicos nuevos; un festival es como un punto de encuentro, ¿no? Por ejemplo, la ópera de Philip Glass es una música muy accesible, casi todo el mundo la conoce, la ha escuchado en películas. Tenemos también el elemento de la danza: los coreógrafos, las bailarinas, etc., que tienen un público muy joven, muy contemporáneo.

 

Salir del Teatro de la Maestranza para llevar la ópera a la Real Fábrica de Artillería o al Patio de la Montería de los jardines del Real Alcázar, entre otros lugares, debe haber sido un proceso complejo.

Artillería nos la pusieron en bandeja, se ha reformado hace poco con idea de que sea el nuevo gran centro cultural de la ciudad, y para un festival de ópera eso es perfecto. Lo único que quedaba por pensar era qué ópera es adecuada para cada espacio. Para elegir el Alcázar, me sirvió de inspiración uno de mis festivales de ópera favoritos, el Festival della Valle d'Itria, en Martina Franca, en el sur de Italia. Aunque es más pequeña que Sevilla, también es una ciudad barroca con una arquitectura muy parecida. La ciudad tiene muchos palacios y edificios emblemáticos, pero el Palacio Ducal es el que considero el equivalente al Alcázar. Además, tienen un patio muy parecido, por lo que cuando empezamos a pensar la idea del festival, lo primero que pensé fue en el Patio de la Montería. Este espacio cumple varias funciones: la acústica es buena, el espacio es cuadrado, lo que permite aforar y montar una buena escenografía, y también es un espacio icónico de Sevilla. Hay quien no quiere ver la ópera, pero viene por el Alcázar.

 

¿Qué impacto que buscáis tener en la sociedad?

Bueno, hay intereses distintos; para Turismo, atraer turismo de calidad, de élite o de alto nivel. Esto es muy posible con los festivales de ópera. Mi interés es hacer el mejor festival de ópera de España y que esté artísticamente a la altura de los mejores.

En España, festivales de ópera hay muy poquitos, aunque hay muchos festivales de música y muy buenos. Por ejemplo, en Andalucía tenemos uno de los festivales de verano más importantes de España, que es el de música y danza de Granada. De ópera, está el Castell de Peralada, en Cataluña, que es un festival muy parecido a este, pero te diría que este año estamos ya al mismo nivel en cuanto a número de funciones y calidad.

En Italia también hay muchos festivales de ópera todo el verano; desde que empieza, se inaugura la temporada de festivales con el Maggio Musicale Fiorentino, y siguen hasta finales de septiembre. Igualmente, en verano es muy famoso el festival de la ópera de Roma. Por lo tanto, la idea es meternos en el circuito europeo de festivales.

 

En cuanto al festival, ¿cuál es una de las obras que tú consideras imprescindible? Si tuvieras que ver sólo una, ¿cuál recomendarías?

Les Enfants Terribles. Es una de mis obras favoritas y el producto más personal. Todas tienen su punto, pero este es el producto que hemos mimado más y en el que hemos puesto todo el esfuerzo.

 

En cuanto a los objetivos del festival, ¿cuáles son los que tenéis más marcados?

El primero es seguir con el festival, poder hacerlo otra vez. Segundo crecer, yo creo que esto está muy bien como una edición de arranque, no queríamos empezar demasiado pequeños porque las cosas demasiadas pequeñas se las lleva el viento.

Me gustaría que se hiciera una ópera de gran formato en la Plaza de Toros o en la Plaza de España, como hace, por ejemplo, el festival de Macerata, con grandes figuras y donde quepan tres mil personas.

También me gustaría que el festival tuviera los dos espíritus, estos títulos un poco más para entendidos y, por ejemplo, una ópera famosa, pero hecha con gran calidad y que atraiga público de todas partes.

 

Si tuvieras que describir el festival en pocas palabras, ¿cuáles serían?

Agotador, ilusionante y oportuno. Oportuno en Sevilla. Es una ciudad donde caben festivales e iniciativas culturales de todo tipo. De hecho, creo que hay que llenar el calendario; yo respeto mucho el entretenimiento, pero en nuestros días se confunde el entretenimiento con la cultura, los confunde el público, los confunde los políticos… o sea, a veces se pueden aunar. También es una locura, porque hacer esto en Sevilla es una locura.

 

Para terminar, ¿crees que la elección de una artista como Ana Barriga para hacer el cartel anunciador ayuda a que el festival de ópera se acerque más a los jóvenes?

Bueno, a mí me ha sorprendido porque ha gustado muchísimo, además como obra de arte me encanta. Creo que tenemos que seguir en esa línea, pero afinando siempre todo lo posible entre el espíritu de identidad del festival y la imagen. Es un cartel que conserva un poco el espíritu de la ópera intentando llamar la atención de los jóvenes.