Virus del Nilo

¿Qué es la fiebre por el Virus del Nilo Occidental y cómo se transmite?

Los mosquitos son los insectos de mayor interés en Salud Pública ya que son grandes transmisores de distintas enfermedades.

Para que un mosquito pueda infectar ha de transformar su larva en un mosquito adulto. La hembra necesita sangre cuando llega el momento de la puesta y en el proceso de picadura es cuando inocula el agente infeccioso. La puesta y el desarrollo de las larvas se hace en agua (generalmente estancada).

La fiebre por el Virus del Nilo Occidental es una enfermedad transmitida por picadura de mosquitos que en la mayoría de los casos cursa de manera asintomática (aproximadamente el 80%) y el resto con carácter leve, similar a un proceso gripal.

La enfermedad dura entre 2 y 5 días. La recuperación suele ser completa y no existen vacunas o medicamentos para evitarla o tratarla específicamente. La infección confiere inmunidad duradera.

En muy pocas ocasiones (menos del 1% de los casos), las personas desarrollan una meningitis o meningo-encefalitis, entre otras complicaciones que ocurren con mucha menor frecuencia.

Los factores de riesgo para el desarrollo de un tipo más severo de la enfermedad son tener el sistema inmunitario debilitado o, a edades más avanzadas, presentar algunas enfermedades crónicas.

Desde las Administraciones y Departamentos de Salud Pública hay un cambio de paradigma en la prevención y el control, ya que ningún insecticida es inocuo, pasando a tomar medidas respetuosas con el medio ambiente y a animar a los ciudadanos a participar tomando medidas proactivas.

 

¿Qué medidas proactivas puedo tomar para prevenir?

Usa ropa holgada, con manga y pantalón largo. Toma mayores protecciones a esas horas o evita actividades al aire libre.

Usa repelentes sobre la ropa, no lo apliques sobre la piel desnuda, sobre todo si después se cubre con la vestimenta. Usa preferentemente aceites naturales de eucalipto de limón, citronela o mentadiol. El uso de velas fabricadas con estos aceites también son muy eficaces. Lee siempre la etiqueta de los repelentes y úsalos correctamente.

Si tienes un bebé protégelo colocando una tela mosquitera en el portabebé, sobre todo si lo tienes en el exterior.

En casa y en el jardín apaga la luz cuando no sea necesaria, pues los mosquitos acuden a la luz, y evita las zonas donde se concentren los mosquitos. Usa mosquiteras en puertas y ventanas o difusores eléctricos de insecticidas de uso doméstico. El uso del aire acondicionado y de ventiladores también pueden ayudar a evitar la presencia de mosquitos en las habitaciones.

Recuerda que es importante mantener la limpieza en los lugares donde el agua permanece estancada como albercas, piscinas, lavaderos, fuentes o cualquier recipiente al aire libre que pueda acumular agua (macetas, juguetes, cubos, neumáticos...), recipientes de recogida de la condensación de los aparatos de aire acondicionado y bebederos de mascotas.

Es importante que en tu casa o tu comunidad no existan fugas de agua que encharquen sótanos, cámaras sanitarias o jardines. Mantén una correcta limpieza y mantenimiento de arquetas, sumideros y zonas de drenaje, como canalones, tuberías y desagües de lluvia.

En patios, ventanas y jardines usa plantas y pon macetas que de forma natural son repelentes de mosquitos como: albahaca, romero, lavanda, menta y citronela. Si usas platos bajo las macetas rellénalos de gravilla fina evitando así la ovoposición de los mosquitos.

Si tu casa o jardín alberga depósitos de agua, procura que tengan tapa en buen estado y se encuentre colocada y ajustada. Si observas que no es así, usa malla mosquitera para cubrirlos y que los mosquitos no puedan llevar la puesta en su interior.

Informa a las Autoridades si ves piscinas abandonadas u otro foco de posible cría de mosquitos.

Notifica a las Autoridades locales sobre las aves muertas, pueden ser una señal de que en el área está circulando el virus y los mosquitos que lo trasmitirían.


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